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DEPORTES

Las explosiones del maratón de Boston: cuando el deporte se convierte en tragedia

De la masacre de Múnich en los Juegos Olímpicos de 1972 al atentado suicida del maratón de Sri Lanka

Las explosiones del maratón de Boston: cuando el deporte se convierte en tragedia reuters

ABC.ES

La tragedia del maratón de Boston escribe otra página cruel en la historia del deporte. La centenaria prueba, quedó marcada para siempre este lunes con la cadena de explosiones que mató a varias personas, provocó decenas de heridos y extendió el terror por toda la ciudad. Otro acontecimiento deportivo, plagado de participantes y aficionados, manchado por un suceso cruel.

La tragedia más recordada en el mundo del deporte es la masacre de Múnich, en 1972, cuando los miembros de la delegación de Israel fueron secuestrados y asesinados por un grupo de origen palestino autodenominado Septiembre Negro. Armados con fusiles AK-47 y granadas, escondidos en bolsas de deporte, el comando terrorista se introdujo en la sede de la delegación israelí sin impedimento alguno.

El secuestro acabó en una matanza después de un fallido rescate en el que murieron 17 personas: 6 entrenadores israelíes, 5 atletas israelíes, 5 terroristas y 1 policía alemán. Pese a la ola de peticiones para cancelar el evento olímpico, a la mañana siguiente se celebró un acto de homenaje a los atletas israelíes en el Estadio Olímpico tras el cual los juegos continuaron con el programa previsto.

Dos décadas después, en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, una bomba en el Parque Olímpico provocó dos muertos y 110 heridos. El Comité Olímpico Internacional decidió también seguir adelante con los Juegos: durante la jornada se guardó un minuto de silencio al inicio de cada competición.

Atentado en el maratón de Sri Lanka

El maratón de Boston no es el primero en sufrir un atentado terrorista. En 2008, cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de Pekín, trece personas murieron y otras 90 resultaron heridas en un atentado suicida durante un maratón en Sri Lanka. La explosión fue atribuida a la guerrilla tamil cuando el ministro de infraestructuras se disponía a dar la salida de la prueba.

Un año más tarde la selección de cricket de Sri Lanka sufrió otro atentando cuando 12 hombres armados con granadas, cohetes y fusiles AK-47 atacaron el autobús del equipo cuando se dirigía al estadio deportivo de Lahore. Murieron ocho paquistaníes y seis jugadores resultaron heridos.

En 2010, murieron 88 personas durante un partido de voleibol en Pakistán como consecuencia de un atentado suicida. Un terrorista accedió al pabellón donde se disputaba el partido con un todoterreno y se inmoló con explosivos provocando una masacre en una aldea próxima a Lakki Marwat, al noroeste del país.

Décadas de tragedias en los estadios

El fútbol también ha sido víctima de trágicos sucesos durante las últimas décadas. En 2010 el autobús en el que viajaban los futbolistas de la selección de Togo fue atacado por un grupo terrorista atribuido a la guerrilla separatista del Frente para la Liberación del enclave de Cabinda (FLEC). El conductor del autobús, el jefe de prensa togolés y el asistente técnico del equipo murieron en el ataque, mientras que varios jugadores resultaron heridos.

«Mataron a nuestro conductor, no había nadie para conducir el bus. Era como si hubiésemos estado viviendo en un sueño. Aún estoy en shock. Soy uno de los que llevó a los jugadores heridos al hospital, ahí fue cuando me di cuenta de qué estaba sucediendo», explicó Adebayor.

En 2010, al término de un partido de la liga egipcia, murieron 74 personas murieron y otras 248 en la ciudad egipcia de Port Said. La trifulca comenzó al término de un partido entre los equipos Masry y Ahly que terminó con el resultado de 3-1 favorable a los primeros. Los seguidores del Masry invadieron el campo y corrieron tras los jugadores del equipo visitante, lo que derivó en un enfrentamiento entre las dos hinchadas.

Atentados en los estadios de fútbol

En el año 2004 un aviso de bomba obligó a evacuar a 70.000 personas del estadio Santiago Bernabéu en pleno partido entre Real Madrid y Real Sociedad. Los espectadores abandonaron el estadio por el terreno de juego con calma y los futbolistas salieron sin pasar por el vestuario, No se produjo ninguna explosión ni en el estadio ni en las inmediaciones como había anunciado la llamada anónima realizada al diario Gara. Ocho años antes, en mayo de 1992, la banda terrorista ETA colocó un coche bomba junto al estadio Vicente Calderón que provocó nueve heridos antes de un Atlético de Madrid-Logroñés de Liga.

Un partido de fútbol en Irak derivó en una matanza en 2010 como consecuencia de un doble atentado. Un coche bomba explotó en los aledaños del estadio y un terrorista kamikaze detonó su cinturón de explosivos en pleno partido en Tal Afar, al norte de Bagdad.

En el año 2000 tres personas resultaron con heridas leves como consecuencia de una carta bomba que hizo explosión en las gradas de un estadio italiano durante un partido entre Livorno y Pisa de la Tercera División.

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