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¿Por qué estallan ahora protestas en Pakistán?

El país tiene una convulsa historia de golpes militares y violencia política. El opositor Imran Khan quiere derrocar al primer ministro Sharif mediante la presión callejera

¿Por qué estallan ahora protestas en Pakistán? afp

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Las protestas en Pakistán siguen haciendo tambalearse la precaria estabilidad política del país. Los seguidores del líder opositor Imran Khany del clérigo Tahir ul Qadrillevan ya tres semanas exigiendo con movilizaciones callejeras la convocatoria de nuevas elecciones y la renuncia del primer ministro, Nawaz Sharif, al que acusan de fraude y corrupción. Ayer mismo, los seguidores de Khan ocuparon la sede de la televisión estatal y obligaron a interrumpir su emisión durante varias horas.

Los incidentes en Pakistán se producen porque Khan y sus seguidores acusan a Sharif de corrupción y de fraude electoral y porque están convencidos de que, como demuestra la historia de Pakistán, allí es posible hacerse con el poder por la fuerza. Por eso llevan ya más de veinte días poniendo toda la carne en el asador para doblarle el pulso a Sharif.

Khan, antiguo capitán de la selección de cricket, y ahora al frente del opositor Movimiento por la Justicia, ha puesto en marcha una ofensiva que llega en torno a un año después de la victoria de Sharif en unas elecciones generalmente reconocidas como limpias para los estándares habituales en este país asiático.

Pakistán tiene una larga tradición de golpes de estado y violencia política. El Ejército ha ocupado el poder durante largos periodos y todavía se recuerda el asesinato de la emblemática Benhazir Bhutto. El propio Sharif fue derrocado en 1999 por los militares, encarcelado y después exilado.

Ahora, Khan quiere repetir el patrón y sacar por la fuerza del Gobierno a su rival. Busca aprovecharse del creciente malestar de las clases medias. La corrupción, el estancamiento económico y la indignación por los ataques de los drones estadounidenses son los activos que Khan quiere capitalizar políticamente. Pero, según algunos analistas, podría haber errado el cálculo, porque en Pakistán hay muchos motivos para el descontento, pero lo que hay también son ganas de que, de una vez por todas, impere una mínima estabilidad política. El Gobierno anterior al de Sharif fue el primero que pudo completar su mandato emanado de las urnas sin una asonada militar. Pese a que las cosas han mejorado muy poco o nada desde que Sharif accedió al cargo y siguen pendientes todos sus desafíos, el deseo de la mayoría es que la normalidad se consolide en aras de la gobernabilidad y el progreso del país.

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