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Isla Pancha será el primer faro con hotel en la costa española

La construcción, que data de 1857, dejó de funcionar en los 80 en el litoral de Lugo

Isla Pancha será el primer faro con hotel en la costa española CEDIDA

A. COCO

Dormir en el interior de un faro, a escasos metros del mar, en medio de las rocas que las olas golpean con dureza en días de temporal, será posible en pocos meses. Y lo será en Galicia. El elegido es el faro de Isla Pancha, en la costa más oriental de Lugo, a la entrada de la Ría de Ribadeo, a un paso ya de Asturias. Esta edificación del siglo XIX, sin uso desde hace más de tres décadas, se convertirá muy pronto en un hotel en un entorno privilegiado.

El Consejo de Ministros autorizó ayer su reconversión, que hará de este icono del litoral cantábrico el primer faro de toda España con huéspedes, una iniciativa a la que se irán sumando otras torres de diferentes comunidades autónomas con el objetivo de «dinamizar la economía y el turismo singular bajo un enfoque de respeto al medio ambiente», según expuso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al finalizar la reunión semanal en Moncloa.

Isla Pancha data de 1857. Ese es el momento en que comenzaron las obras sobre el acantilado. Para acceder a él hay que atravesar un estrecho puente hacia el pequeño islote, lo que de entrada le da un rasgo peculiar respecto a otros muchos faros. Con la remodelación que ahora se efectúe habrá espacio para dos habitaciones que se adaptarán al hueco existente.

La edificación, a ras de tierra y con la característica fachada marinera que combina el blanco y el azul, es de planta cuadrada y ocupa 128 metros cuadrados de superficie. En el centro se levanta la torre que sirvió de faro desde el 30 de diciembre de 1860, la primera noche en que se encendió, hasta el inicio del otoño de 1983, cuando fue relevado y dejó de prestar servicio. La linterna hexagonal de cristales planos se encuentra situada en un pequeño torreón de ocho caras rodeado por un balconcillo de hierro forjado. Su luz, de color rojo y fija, tenía un alcance de 9 millas náuticas. A principios de los ochenta se decidió que era momento de jubilarlo y se levantó un nuevo faro a muy pocos metros, que mejoraba la distancia de su antecesor hasta alcanzar ahora las 21 millas.

El Ejecutivo central garantiza que la habilitación de un uso hotelero «no implica ninguna limitación a la prestación del servicio de señalización marítima» ya que «se limita al espacio disponible, en régimen de concesión, sin que el edificio sufra alteración alguna».

Extranjeros ya interesados

El faro, perteneciente a Puertos del Estado, seguirá así el empleo dado a este tipo de arquitectura en otros países de todo el mundo, desde Estados Unidos a Chile, Sudáfrica, Australia y numerosos lugares de Europa. Esta apertura ya ha despertado el interés de inversores extranjeros, señala Ep. A él le sucederán otros enclaves como el de la Isla de Tabarca y el cabo de San Antonio, ambos en la provincia de Alicante. De hecho, según confirmó Puertos del Estado, ya hay nueve en fase de tramitación. En Galicia, el faro de Fisterra, en la Costa da Morte, ya venía siendo usando para otro fin: una sala de exposiciones.

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